Zakarías Zafra Fernández(Barquisimeto, 1987). Escritor y músico. Profesor universitario (Universidad Centrooccidental Lisandro Alvarado) y Docente-investigador del Conservatorio Vicente Emilio Sojo. Autor de los libros de poesía “Quinquenio” (2009) y “El bemol de los latidos (2011). Ganador del concurso nacional “Découverte de la Francophonie” 2012, otorgado por la Embajada de Francia en Venezuela. Desde 2009 se desempeña como productor y conductor del programa radial “Sonidos de Vanguardia” (Fama 98.1FM-Circuito Éxitos) y articulista del diario regional “El Impulso”. Cursa actualmente la Maestría en Literatura Latinoamericana (UPEL) y una Especialización en Periodismo y Ciencias de la Información (Universidad Miguel de Cervantes, España).
Parral
Tengo una uva en la boca que me habla.
Un parral en la lengua que te pinta.
Uñas de rubí en el panteón de tus pasos.
Tengo una semilla del cerro. De la neblina
de polen. Mosto de tus cejas.
Un arquetipo musa que derramas.
Tengo una textura que me habla.
Una copa de quesos y mieles que surcan
las adivinaciones y las cartas del tacto.
Tengo un pan que me silencia. Dolor
que me abriga. Topacio y samán. Rúbrica
imprecisa. Tengo un nombre que me abruma
una ciudad vellocino de luz. Cesta de pan
dígito salado. Un maní aindiado que me soporta.
Tengo una catarata que me inciensa. Matrimonio,
omega, omnia, un gesto que me inclina.
Incinerada. Volcán de mar invertido. Tengo.
Tengo una altura de la musa. Arquetípica.
El hierro de tu beso la comisura del camino.
Me inflama. El labio me cruza. Me impacienta.
Un viñedo que se llueve. Gota orgásmica
de pomelo. Gota ácida. Larva abundante.
Cierras los caminos
siembra. Retoña la estratósfera de tu sexo.
Tengo una coraza peregrina y adentro
un néctar, y adentro una membrana
y adentro una película frutal
y adentro tú
que te inauguras, insurrecta,
en el santísimo grial de los sabores.
*
Profundis
Ya quiero irme de este placebo de luna. Me harta
la noche y sus evacuaciones. Las estrellas que son paciencia.
Los gajos de luz que son el término.
Ya quiero escapar de este quehacer de insecto. De esta fechoría
de lobo que despelleja su paso. Me azota el obelisco del
horizonte y su inagotado trayecto de tiempos. Trayecto de pelota
que juega a los fuegos y cristales.
Ya bebí toda la urea del crepúsculo. Ya me sé la naranja
del labio (buen idioma de la tarde) y cuántas enaguas
se estampa el alba. Ya fui caracol y megáfono del viento.
Ya fui monocordio del mar.
Quiero escapar de este silencio náufrago. Parezco joven
un pez colorido en la droga de sus escamas, oruga que
se retuerce de placer en el anzuelo. Ya fui pesca ya
fui hombre. Ya he sido bolsa desecha, flotador
del orgasmo insepulto.
Ya conozco la osamenta polvórea de las madrugaciones. Ya soporto
el planar de la noche y su inmenso cráter alucinógeno.
Ya he probado los bárbaros brebajes de la tierra. Sus
estupefacientes que ofrecen tesoros a los viajeros.
Ya he sido hongo y sal infesta del inframundo marino.
Ya fui erosión de costa y eclosión mamífera
de las especies. Ya copulé con mi semilla. Basta mi hambre.
Basta esta diáspora de besos.
Basta ya de esta savia venenosa, fluorescente
que retoña en burbujas.
Basta ya de este adefesio (hombre que ha sido)
de equivocada especie
de vestido insomne
devorado por gorilas.
Basta de este hombre eslabón
que se pudre
en el tétano astral
de su naufragio.
Mucho tinto y sabores.. muchísimos sabores. (…) «Basta ya de esta savia venenosa, fluorescente que retoña en burbujas.»
Listos para beber y saborear la lectura…
¡Nueva me erizas la piel! Deseo no ser presa del trabajo para poder escucharte. Sentir como acaricias cada palabra. Éxitos.
Y un gran compromiso que me pones al frente. Vaya un abrazo con cariño.
Gracias, gracias… Un abrazo también con cariño.
Si he de aplaudir a alguien, a ti con tus textos con gusto lo haré. Hay cierto sentimiento de incertidumbre, de agotamiento, cierta identidad callada y fuerte, no sé, me hizo sentir de esa manera. Te felicito.
Gracias por tus generosas palabras, José. La poesía, además de inquietud, es una eterna persecución y una búsqueda. Un fuerte abrazo.