Luis M. (Bqto)

luis_manuel_pimentelLuis Manuel Pimentel. (Barquisimeto, 1979). Estudió Letras-ULA(2004-Mérida). Magister en Literatura Iberoamericana-ULA (2012-Mérida). Ganador del primer premio de poesía I Bienal de Nacional de Literatura “Rafael Zárraga” Yaracuy-2011, con el libro Esquina de la Mesa Hechizada. Tiene un poemario: Figuras Cromañonas (2008). Ha salido en varias antologías de poetas venezolanos entre ellas: 70 poetas venezolanos, en solidaridad con Palestina, Irak y Líbano(2006). Amanecieron de bala (2007), Doce orugas al viento (2008). Arquitectura de la Palabra (2008). /4to, 5to y 6to festival mundial de poesía – capítulo Mérida/. El corazón de Venezuela, patria y poesía (2008), Revista Poesía 153 (2011). Actualmente es Profesor de Semiótica de las artes, en la Universidad Centroccidental “Lisandro Alvarado” en Barquisimeto.

 

La metáfora en el arte callejero de Banksy

 

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Grafito de Banksy en Bermondsey, Londres. (CC BY-NC-ND 2.0) 2011 Sarflondondunc

Banksy, el artista que muchos aseguran nació durante los años 70 en Bristol, Inglaterra, y que es punta de lanza de la sociedad grafitera mundial, es un enigma. Aparentemente nadie sabe quién es, pero las obras que ha pintado en diferentes ciudades del mundo (sobre todo en Inglaterra) ya han marcado un hito en la historia del grafito y su desarrollo estético como manifestación urbana.

Parte del enigma de Banksy está en su doble identidad. Por un lado es un misterioso artista enmascarado y por otro una personalidad basada en lo que los medios de comunicación han revelado sobre su vida y obra, la cual fue objeto de enorme atención tras el estreno en el 2010 de Exit Through the Gift Shop, un documental sobre arte callejero que fue dirigido por el artista y nominado al Oscar como mejor documental.

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Ídolo de miles de artistas callejeros, la rebeldía social de su provocadora obra es una manifestación tradicional del grafito, cuyo origen en los años 1960 es achacado a un joven neoyorquino de origen griego llamado Demetrius (mejor conocido como TAKI 183). TAKI 183 y todos aquellos artistas callejeros que le siguieron practicaron una filosofía urbana más tarde adoptada por la subcultura del hip-hop que junto al baile, el rapeo y el sampleo musical sirvieron de válvula de escape para el descontento social de un grupo sin mayores medios para expresarse.

En su reseña del libro Trespass: historia del arte urbano no oficial (Editorial Taschen, 2010) de Carlo McCormick, Toni García escribió para el diario El País de España:

El arte urbano tiene que ver con la conquista del espacio callejero, la necesidad de apoderarse de un entorno que nos ha sido robado por la publicidad, las grandes marcas y el mobiliario urbano. Las calles han sido tomadas por multinacionales que transmiten sus mensajes regularmente y por medio de automatismos. El grafitero rompe ese círculo vicioso utilizando métodos tan rústicos como un spray y reclama la pertenencia de ese universo de cemento a un colectivo distinto, al que le importan un pito los mensajes emitidos por el gran hermano: es finalmente un folio en blanco que puede ser usado hasta la extenuación sin repetirse nunca, en perpetua reivindicación.

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Esa reivindicación es evidente en uno de los grafitos más conocidos de Banksy. En este se muestra a un policía requisando a una niña que, para poner las manos contra la pared, ha tenido que soltar su oso de peluche. Esa imagen simbólica es característica del trabajo del artista, que frecuentemente muestra un mundo cruel e imaginario pero paradójico ya que las imágenes reflejan nuestra realidad ambigua. Una realidad en la Banksy rompe con la «imposibilidad» de criticar al poder constituido usando espacios públicos para expresar sentidos figurados donde el ser social (su audiencia) es protagonista de su obra. Aunque sutil en este grafito, la tendencia de Banksy a mostrar un mundo irónicamente violento se contrapone a la del sistema social establecido, cuyos símbolos son utilizados para reflejar injusticias, sublevar valores y burlarse de determinados fenómenos sociales.

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Con esto, Banksy construye un universo sin límites donde la imagen se vuelve un enunciado satírico que trasgrede lo convencional y juega con las incongruencias del mundo en que vivimos. Un ejemplo de esto se ve el altamente simbólico grafito donde un hombre usa una pancarta con el símbolo de la paz para derrotar a otro que sostiene una pancarta con un corazón. El hombre representando el amor pide clemencia desde el suelo, pero el hombre de paz no quiere nada con el amor sino acabarlo a pancarta limpia. La doble simbología de esta imagen es característica del espacio metafórico en el que habita el imaginario de Banksy, quien se burla de la hipocresía de valores aceptados universalmente mediante la transformación de su lógica en sinsentidos. Otro ejemplo de esto lo encontramos en el grafito donde comenta sobre la aún bastante real amenaza nuclear. En ella Banksy convierte a los líderes del mundo en un grupo de niños jugando a la rueda alrededor de la explosión de una bomba atómica.

banksy-boy-sewingBanksy logra esta transformación usando metáforas visuales que muestran mundos imaginarios que se asemejan a la “realidad” mediante el uso de símbolos, y interesante ver como el artista produce imágenes transgresoras utilizando elementos fácilmente reconocibles que sirven para “dibujar” pensamientos a través de signos empapados de significados entre líneas. Pero aunque estas metáforas visuales son estáticas—el esténcil limita el plano de expresión gráfica de la composición—su significado no pierde una profundidad que, en el caso de Banksy, evoca con ironía la actual situación del planeta. Ya sea económica, como en el caso de la obra conocida Shop ‘til you drop (compra hasta caer), en la cual Banksy critica a la sociedad de consumo con la imagen de una mujer que cae al vacío agarrada a un carro de supermercado, o política, como en la que muestra la fragilidad de la política exterior occidental mediante un francotirador y un niño a punto de hacer estallar una bolsa de papel.

banksy-paper-bagUna obra bastante interesante es la que muestra a un niño confeccionando una bandera de Inglaterra, no sólo por el comentario acerca de la explotación económica, los derechos humanos y la hipocresía política, sino también por su intento de romper los confines plásticos del esténcil al crear una obra tridimensional. Esta ruptura con la tradición grafitera bidimensional la logró con la inserción de banderas reales en la obra, la cual además de servir de elemento plástico funciona de paralelo entre la realidad aceptable y deseada (las impecables banderas del Reino Unido) y aquella relegada a un segundo plano (los medios utilizados para producirla). Según el mismo Banksy, esa obra la inspiró una «tienda que vende mercancía barata para la muchedumbre. Se encuentra en la ruta cercana al Estadio Olímpico. El niño trabajando lo capturé en los talleres de explotación laboral».

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Este comentario, por cierto, está relacionado con la elección de Inglaterra como sede los Juegos Olímpicos, evento que Banksy criticó en varios grafitos aparecidos antes de la inauguración del evento.

En uno de ellos un atleta utiliza un misil en vez de una jabalina para reflejar sarcásticamente el belicismo de Inglaterra, mientras que en otro un saltador de garrocha logra sobrepasar una cerca que parece mantenerlo prisionero.

Ambas imágenes critican la falsedad imperialista respecto a los eventos deportivos mundiales mediante una sátira que juzga a aquellas personas que detentan el poder. Son este tipo de obras con contenido más allá del mensaje callejero común las que han convertido a Banksy en líder de una corriente contemporánea que exhibe irónicamente la infamia del hombre globalizado.

3 pensamientos en “Luis M. (Bqto)

  1. ¡Qué bueno encontrar algo sobre Banksy acá! Gracias Luis Miguel, muy bien escrito tu trabajo, muy atinado. Aunque me hubiese más profundidad… entiendo que el factor tiempo-espacio no te lo permitió. Sigamos en contacto, nos vemos en Coro.

  2. Manuel Milano dice:

    «El hombre representando el amor pide clemencia desde el suelo, pero el hombre de paz no quiere nada con el amor sino acabarlo a pancarta limpia. La doble simbología de esta imagen es característica del espacio metafórico en el que habita el imaginario de Banksy»

    Exelente!

    • Luis Manuel dice:

      Así es amigo, hay unas conexiones hacia la crítica y la ironía social, que naturalmente se vuelve metáfora. No sólo esa imagen, sino la de cómo está construido su imaginario, sentencia y convierte lo común en poesía visual. El trabajo continúa.

      Mis saludos.

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