José Manuel López Mérida (1990) Escritor y músico tesista de la licenciatura en Letras mención Historia del Arte (ULA), estudiante de Letras mención Lengua y Literatura Hispanoamericana y Venezolana y de la escuela de Música (ULA). Participó en el taller de poesía dictado por Luis Moreno Villamediana, talleres de creación literaria (DAES- ULA, 2008), fué miembro del grupo experimental de Poesía y Música (Reflejos, 2007- 2009). Ganador del Premio de Poesía “Gelindo Casasola”, en el marco de las jornadas de creación literaria (ULA-2010) Ha publicado los artículos “El amor musical existe no hay que hacerlo”, crónica a Sentimiento Muerto (2007), “Cayayo: el responsable de las sonoridades emergentes en Venezuela (2008) ambos en el periódico Arcabuco. El texto: Una Balacera no abolirá el azar: novela policial (colectiva) (2010) por el perro y la rana. Sus poemas han sido publicados en antologías internacionales y periódicos nacionales como el Diario Primica (Ciudad Guayana, 2011) y el suplemento letra viva (Coro) 2013.
Sin la vista del mar
“No se olviden de nosotros
Los que volteamos a ver
Qué es lo que sangra”
Luis Enrique Belmonte
Pegarle en el estómago al olvido
No es suficiente
Instalarse en el solar del abandono
Es habitual.
Llenar sus cuerpos de alcohol
Como la gasolina a los carros sin tanque
Es más indispensable que cepillarse los dientes.
Aun así
Despegarse del mundo
No es suficiente.
XIII
Olimpo con esferas de fuego
abertura, falso marfil
cruza de cordones desamarrados.
Entra
banco transparente,
Diluyéndose en fosas,
párpados
devoran el cráneo
Pecho seco
¿a dónde fue la frase del aire prometido?
*
Mi ciudad
Tiene sangre enfrente
Gotea
Tarde de alero verde
crepúsculo trastornado.
Mi ciudad
Habita
Noches por secundarias bipolares
rostro enmarañado
Camaleón amarillo
El día no espera, noche recoge anhelos
¿Qué espera mi ciudad?
Plaza congelada
¿Dónde queda el amanecer
/de luces moradas?,
guitarras tembladas.
Esperanza
árbol que enciende ágora
Iglesia desangrada
Aquí estamos
Aguardando el concierto insonoro.
Unos niños cantan
Hacia la orilla del otro,
Tocan
/ Otro sale en la orilla
Exquisita de lamentos.
Todo es sangre
Despierta
viva
revolotea
extingue.
Mediodía
desembarca puños
al rasgar gotas/fractura de gemidos.
Arrancar
Liquido volátil
Sutura de una costilla
otra espalda.
Tijera de alga
bebe jugo del pantano.
Sería interesante conversar acerca de cuánto hay en tus poemas, de eso sobre lo que sueles investigar. Saludos, nos vemos en el encuentro.
Estimado poeta y colega, desde que te conozco y he leído tu obra poética, he visto y seguido como ha evolucionado tu poesía, al punto de que ahora, tu palabra poética, concuerda con esa otra faz tuya que es la música, como es el caso de «Plaza congeleda». En «Sin la vista al mar», con justa razón, a pesar de que la voz poética insiste en que si llenar de alcohol los cuerpo del olvido o del abandono no es suficiente para despegarse del mundo, o por lo menos de lo que llamamos realidad, debe ser más indispensable que cualquier hecho cotidiano como «cepillarse» los dientes», porque de ese modo, se ve la vida más sensiblemente «que es lo que sangra», como dice el epígrafe que has sabido sostener en el poema, como es debido.