Daniela N. (Coro)

P1110751Daniela Nazareth Romero. Enero/Abril 1993. Intento terminar una carrera universitaria antes del 2014 y no ver la cara de mi padre en cualquier hombre que pasa distante. Definitivamente, no iré al cielo. Ya comienzo a resignarme. No tengo el cabello lacio y oscuro, tampoco la piel nívea ni una vagina en forma de pernil. Definitivamente, no quiero al cielo. Miembro de “Cátedra Libre de Literatura Agustín García” y “Grupo Literario Febrero”.

Conversaciones.

Me estoy autocensurando. La autocensura me está consumiendo. Me come de poquito a poquito las uñas. Está adhiriendo los pelos al cráneo hasta convertirme en un maniquí. Me asusta cada día más, ya no sé cómo bajarme las pantaletas en la calle y caminar con la cabeza en alto, la mía, no la tuya. Ya ni entiendo ese proceso de ir corriendo sobre charcos y salpicarle el alma a alguien despistado. Me estoy autoncensurando…ando extirpándome los senos, ya los noto asomarse sumisos en mi espalda. Mi diafragma ríe ¡tan jocoso este diafragma! Unos pezones autocensurados. Una vagina caminante escondiéndose en pantaloncitos de niño. Y este cabello ya pegado al cerebro, asfixiándome las ideas.

Tampoco recuerdo la fecha.

No encuentro el lugar indicado para esconder esta sal, ellos vienen a lamer mis espaldas de vez en cuando, para verificar, sólo para verificar. Les dejo apoyarse  hasta el amanecer, sólo para que se sientan seguros y al final se vayan. Hasta los famas se sienten inconformes al escarbar en mi piel insípida, sin brillitos de salinas, de esos que atraen a cualquier tonto. Temo que el sol me roce y todo se descubra. Temo por mi vida, en su vida, dentro del mismo decaer salitre. Ya no puedo ni quiero darme el lujo de morir a las cuatro. Ya no me apetece ese horario sin tiempo. Entonces me guiaré por medios artificiales, comenzaré a comprarla en el mercado. A untarla a  escondidas; primero en las mejillas, con pequeños palmaditas que simulan golpes  de puño cerrado, sediento. Luego, con muchísimo cuidado, la aplicaré en la espalda, los pies, en cada cicatriz de estas piernas no inútiles, manchas del abdomen y astillas de ojos. Será un acto muy delicado, nada hermoso, hasta convertirme en toda sal, aspereza, no espera, imposible de digerir/dirigir.

Vecinos en caza.

La junta de vecinos se acercó y miró fijo, con su dedo perforando mis tierras, mis gramas ya no húmedas. Yo sola en el fondo, diciendo «buenas noches» con esta vocesita de venado. Ellos no me escucharon, siguieron hurgando con sus narices de 6 orificios, irguiéndose de vez en cuando, intentando ser artistas. Supuse que me alucinaron o yo, de verdad, resultaba perfecta para un retrato grotesco. Lo di por sentado y tomé tinto. Dispararon.

Manos.

Estas manos sirven para enceguecer-te.

Sirven todos los días, menos los domingos.

Son empleadas públicas de mis cuatroaeme.

Suelen empaparse en tacitas de té verde por las tardes.

Luego, regresan, como siempre.

Intento cuidar mucho sus dedos, ni mucho frío, tampoco calor.

Necesito que estén perfectas para perderte de vez en cuando.

Cuando me provoque,

cuando no amanezca tan temprano,

cuando me encuentre bajo cero,

y sobre todo,

cuando las fechas me escupan  en la cara.

La única arma que han accionado estas manos se llama Yo.

Así, simplón,

estable,

de dos letras,

dos manos,

doscientos dedos.

(…)

Después de cierto tiempo,

aprendieron a escalar.

Suben bocarriba a las 3 y 40,

sin hacer ruido,

inexpresivas,

compartiendo un vaso de estrías.

Puedo notar a los dedos armarse

cuando les da demasiado miedo.

Sí,

algunos siguen temiéndole a la llegada

a dejar de sentir al minuto 1:45

  no sé por qué pero…

sms(s).

Sólo duró 3 días, pero ¡Vaya que lo disfruté! Disfruté, por ejemplo, sobre todo, saborear su textualidad, besarme con ésta, dedicarle gemidos. Sólo duró 3 días, pero ¡Vaya que sí le disfruté! Abrazarme a las funciones químicas, las burbujas diseñadas por gigantes, los marineros semióticos, el vaivén del sincuerpo. Sólo duró 3 días, sólo duró 2 días, sólo duró 1 día, y yo sola, fría, sin durar ni  un minuto.

B o r r a d o r #1.

El cabello me está jodiendo

cada día aumenta un centímetro más

comienzo a sospechar si se deba al shampoo

o a los cigarros tiesos.

.

El cabello me está creciendo

deduzco que intenta enrollarme  en cafés de cuatro aeme

enmarañar los poemas que no debería leer

sofocarme hasta convertirme en una pelusa espantosa.

.

Estos rizos me están matando, amor

y me repelo de angustia al pensar

que luego no podrás reconocerme.

Estabilidad al predecir rayones desde una ventana astillada.

¡Qué mala costumbre esa de pedir cigarrillos sin instrucciones -necesarias- para fumarlos! ¡Qué pésima costumbre, la de no comprender lenguas complicadas, léxicos incompletos, batallas perdidas por desconocidos! La anti-costumbre de ver al fracaso como un ataúd me está consumiendo ¿Qué puedo hacer si no veo más allá de portadas que suponen verdades? Me niego -rotundamente- a creer en eso que llaman tempestad, ni en formas sin profundidades exactas, ni en los «románticos» que regalan la luna como si esta viniese en una lata -a 4 ó 10 bolívares, dependiendo de la marca-. Las únicas latas que reconozco son aquellas que revuelcan dedos en mi cama y complican a un edredón incrédulo de todo; él que todo lo percibe, se retuerce, calla, reclama en bostezos olores tangibles, anhelados, fríos.

15 pensamientos en “Daniela N. (Coro)

  1. sara viloria dice:

    sms. c:

  2. Michelle Rodríguez dice:

    Dame la receta para encontrar esa facilidad tan exquisita que tienes para escribir esas letras, que cabe destacar que no son vegetarianas porque son bien buenas jajaja

  3. Adrineli Canelón dice:

    Seré así como te gustan los poemas… breve; Sos grande, mai nigga!!

  4. mabetanniia dice:

    Me enamoré de «Manos». Es simplemente perfecto.

  5. Jesús Amalio. dice:

    Esta tipa será famosa.

    P:D Cristina cree que esto es un chat.

  6. rafaella dice:

    Te súper envidio y es en serio!!!! Pero te adoro…. jejeje cuando publiques tus poemarios me los tienes que dedicar. La verdad mis felicitaciones y mis mejores deseos para el gran futuro que te espera como POETA FALCONIANA. 😀

  7. Gabriela Velazco dice:

    waoooo… Excelente, me encantaron todos… sms(s) sobre todo. Éxitos mujer, tienes buena madera.

  8. Daniel Arella dice:

    Me gusta; tu lenguaje es el cuerpo de un contorsionista, y tu voz es un grito en donde tu poesía es el eco.

  9. Oswaldo dice:

    esa conversación despreocupada tuya, intrépida forma de narrar el mundo. Tu poesía tiene mucho de anécdota, de testimonio marvilloso

  10. Jesus Amalio dice:

    Te tengo rabia, te odio, te odio, te odio. Sos muy buena, nojoda.
    Yo sí me leería un poemario completo tuyo. Da gusto ver cómo manipulas el lenguaje para decir las cosas como sólo las diría Daniela,.

    Por cierto, te pillé, zángana, gozona, me di cuenta. JAJAJAJAJAJA.

  11. Tu primer fan, ciègamente enamorado de tus convinaciones consonate-vacalicas jajaja! ERES FATAL 🙂

  12. Ruben Guzman dice:

    ese detallismo… esa forma de ver el mundo.. esa perspectiva inmoldeable, no la pierdas, no la pierdas.. buen trabajo.. un beso!

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